miércoles, 20 de mayo de 2009

EL PUEBLO QUE ESTABA INCOMUNICADO

En el pleno apogeo de una esplendorosa y radiante tarde como nunca se había visto antes en aquel pequeño rincón olvidado de la tierra un encopetado hombre vestido con un traje negro bien portado bajaba de una camioneta grande acompañado de dos tipos de casi dos metros que con sus gafas oscuras escondían su mirada amenazante pero prevenida ante cualquier eventualidad. – Llego el gobernador – dijo un viejo que estaba sentado en una mecedora viendo la tranquilidad de su pueblo ahora perturbada por la imponente presencia del visitante. El hombre se contoneaba por las calles del pueblo mientras la gente lo seguía con sus ojos curiosos, todo era fiesta y jubilo, se acababan los problemas para el pueblo.
Se dirigió entonces el hombre a la plaza principal, ya todo estaba preparado, se subió a una plataforma de madera ubicada junto a la catedral, tomo un megáfono que llevaba su comitiva y se dispuso a dirigirse a sus adeptos: -amigos hoy es un día especial después de mucha espera hoy llega a nuestro municipio el siglo veintiuno , inauguramos la señal de televisión y la red de Internet, todo gracias a mis gestiones en la capital, ahora este lugar estará a la altura de las grandes ciudades, sus problemas ahora son pasado, la tecnología esta en sus manos y mi responsabilidad llega hasta aquí con ustedes, aprovéchenlo- en el preciso instante en que el gobernador bajo de la tarima empezó a sonar la papayero tronaron voladores y apareció el trago, de un momento a otro la camioneta y el gobernante desaparecieron y la juerga siguió hasta el amanecer.
Al otro día el pueblo trasnochado pudo ver llegar a los funcionarios de las empresas regar cables y propaganda por la ciudad y así habría de transcurrir el tiempo durante las siguientes semanas el pueblo ya definitivamente no era el mismo.
Pasaron pues varios meses y el negocio de las comunicaciones en el pueblo no dio los resultados esperados, la gente se acostumbro a verlos pasar por las calles pero no a usar sus productos, esto significo por supuesto una gran perdida para las empresas y el gobernador que como era de esperarse reclamaría sus ganancias de buen samaritano.
Después de un tiempo volvió el dirigente pero esta vez el ambiente era distinto, desde el inicio de la mañana una ventisca frágil pero fría que al roce con la piel helaba hasta los huesos trataba de adelantar algo de lo que se avecinaría, ahora la camioneta se parqueo en el mismo lugar que antes paro el gobernador esta vez se bajo iracundo y tras el cinco morenos gigantescos de paño y armados que lo rodearon, estrello la puerta del automóvil y sin mirar si quiera a nadie se subió a la plataforma de madera, tomo el megáfono y empezó a hablar – ¡ignorantes! Ustedes son brutos como nadie que yo haya visto les pongo el mundo en las manos y no lo toman ¿que más quieren? ¿Que es lo que esperan para empezar a usar lo que les di?, ¿que no ven que son los únicos que no lo hacen?, tantas personas como antes lo escucharon en la plaza pero ahora sus expresiones eran de sorpresa y en el fondo algo de vergüenza, se sentían en realidad ignorantes e impotentes. El hombre siguió hablando durante mas o menos una hora de la globalización y las ventajas de las telecomunicaciones en medio de vejámenes de todo tipo y espesor, bajo las circunstancias ¿quien podría decirle algo?, ¿quien era mas que el o lo suficientemente valiente como para enfrentársele? Pues fue entonces, cuando el gobernador comenzaba a quedarse sin saliva, que intervino una niña pequeña del pueblo de mas o menos nueve años y que subió a la tarima frente a todo mundo, tomo el megáfono y empezó a hablar frente a los ojos atónitos del pueblo, el gobernador, los cinco morenos y la gente de las telecomunicaciones –que pasa con usted- dijo notoriamente indignada – ¿que no se da cuenta que no se trata de darnos lo que nunca le pedimos?, nosotros hemos vivido sin esto siempre y nuestra vida ha sido plena no necesitamos que un desconocido venga a decirnos como debemos vivir, mire a su alrededor y piense un poco, este pueblo es tan pequeño que un grito se oye en todo el lugar ¿para que queremos teléfonos? y en cuanto a la Internet y la televisión, hay cosas mejores por hacer y preferimos no desperdiciar nuestra vida frente a una pantalla solo por que el resto lo hace, la gente al ver la valentía de la niña se unió a ella y en medio de protestas y reclamos se hizo notorio ahora el temor del gobernador que ante la solidez de los argumentos de la pequeña y descrestado por su exorbitante inteligencia no tuvo nada que decir, había quedado en ridículo frente a todo mundo, bajo a toda marcha y en medio de risas y vergüenza lo siguieron sus hombres, ahora todo estaba claro, en el pueblo ya sabían quienes eran los verdaderos ignorantes, los que dejan pasar sus vidas ante sus ojos mientras veneran un aparato que hace su miserableza mas soportable, los que prefieren vivir en un mundo virtual vació que apreciar la belleza de la realidad, ahora todos comprendían que cualquier cosa por maravillosa que parezca es un infierno si dejamos que nos controle y todo gracias a la mas frágil e ignorada de las personas del pueblo, no importaba que estuvieran aislados de la sociedad ahora sabían que había cosas mas importantes fuera del mundo cuadriculado de la tecnología y eran ellos los que la iban a aprovechar al máximo a partir de ese momento.